Etiqueta alimentaria, un válido aliado para el consumidor
Saber leer las informaciones nutricionales es importante para proteger la salud
Lo mejor sería tener nuestro propio huerto, nuestro pequeño criadero de animales o poder contar siempre con excelentes productores de los que se conozca toda la cadena productiva. Pero esto no siempre es posible. Es por esta razón que las etiquetas se vuelven una herramienta fundamental para el consumidor, y aprender a leerlas es necesario para seleccionar alimentos que respeten la salud y para hacer compras responsables.
Es importante saber que algunas informaciones que aparecen son obligatorias y están reglamentadas por leyes específicas nacionales o europeas, mientras otras son facultativas o complementarias. Como el requisito fundamental de una etiqueta alimentaria es informar al consumidor sobre las características reales del producto, se prohíbe cualquier tipo de ilusión cualitativa o nutricional. La etiqueta debe ser “clara, legible e indeleble”.
Las indicaciones nutricionales son muy relevantes, porque nos ayudan a entender lo que estamos por introducir en nuestro organismo; muestran también el país de origen, el lugar de proveniencia, el nombre del productor y la planta de producción. La lista de los ingredientes se redacta en orden decreciente de peso: primero los que cuentan más en la composición y seguidamente se encuentran los que están presentes en porcentaje menor. Otra información que siempre se debe tener bajo control es la correspondiente a los alérgenos, sobre todo para quien tiene intolerancias. En la etiqueta aparecen también los aditivos usados para la conservación del producto y que en algunas personas, sobre todo si se encuentran en cantidades considerables, pueden provocar reacciones alérgicas. Por otro lado, la fecha de caducidad cambia en función del carácter perecedero de los diversos alimentos y puede indicar un obligatorio “consumir antes del” o un “consumir preferentemente antes del” para los alimentos que se conservan más.
También son obligatorias las indicaciones con respecto al valor energético, las proteínas, grasas, grasas saturadas, hidratos de carbono, azúcares y sal.